3.09.2008

Víctimas con nombre propio


Las víctimas de esta guerra tienen nombre propio. Son mujeres, hombres, niños y jóvenes cuyos rostros no nos son ajenos. Se llaman Juan, Alberto y Nora; sus apellidos son Cobaleda, Ruiz y Giraldo. Son las almas que todos los días, y desde hace más de 20 años, nos está robando la violencia.
Tristemente, la última manifestación en homenaje a estas víctimas no fue muestra de ese dolor compartido, no dio fe de una tragedia colectiva. Se mezclaron los rostros de las madres que esperan, que piden vivos a sus hijos, que piden aunque sea un cuerpo al cual sepultar y llorar con los discursos antiimperialistas de estudiantes que se manifiestan quemando banderas y que piden paz con actos de violencia...
La petición en una y es simple: BASTA! para que Colombia no se nos termine de desangrar.

3.03.2008

6 de marzo de 2008

Sólo espero que esta fecha no se recuerde como la de la marcha frustrada en la que unos cuantos pretendían protestar en contra de los paramilitares y los crímenes de estado. O, lo que es peor, que no sea recordada.

Hice la pregunta repetidas veces cuando se acercaba la marcha del 4 de febrero. La respuesta era inmediata e inminente: sí, sí marcho, porque estoy en contra de las Farc, porque quiero que devuelvan a los secuestrados. Y todos marchamos, salimos a la calle con camisetas blancas, compramos camisetas con mensajes de libertad, despreciamos a la guerrilla de las Farc por la inhumanidad de sus actos. Ahora, repito la misma pregunta y la respuesta no deja de preocuparme: no sé, tal vez, cuándo es que es esa marcha, quién la organiza, yo ya marché. En suma, más dudas que respuestas, y pocas de ellas positivas.

La marcha del 6 de marzo no ha sido publicitada, no ha sido mediatizada. Hasta ahora no he escuchado o visto campañas masivas que inviten al encuentro y no he leído comunicaciones o análisis que le den a la marcha el status de una gran manifestación de la sociedad civil, no ha sido catalogada de smart mob y el número de integrantes que el grupo que apoya esta causa tiene en Facebook no alcanza ni la mitad de los que aún están registrados en el grupo ‘Un millón de voces contra las Farc’.

Me ha tranquilizado, sin embargo, opiniones y editoriales que este fin de semana recordaron la importancia de esta marcha, por convertirse en un acto de justicia. El discurso ha logrado ya una homogeneización que desembocará en miles de persona reunidas diciendo que la violencia no es aceptable bajo ninguna causa, ninguna excusa y ningún nombre.

Sigue siendo preocupante esa aceptación silenciosa de la derecha, esa paramilitarización de la sociedad que redunda en una excesiva tolerancia aún frente a las evidencias de desaparecidos, fosas comunes, muertos y cínicas confesiones. Justicia, paz, desmovilizados y reparación no son más que falsos puentes que nos han llevado a ver con buenos ojos las acciones paramilitares y parapolíticas.

Pero es hora de comenzar a ver y a llorar por los dos ojos, como lo expresara Héctor Abad Faciolince en su columna de la revista Semana. Él declara que irá a recordar con dolor la víctima que su familia le puso a esta guerra, su padre, el Doctor Héctor Abad Gómez. Así mismo El Espectador, a través de su editorial, y la revista Cambio, que desde la misma portada recuerda que los paramilitares también han 'secuestrado', sentaron su voz de apoyo a la marcha en homenaje a las víctimas de los paramilitares y de los crímenes de estado. También lo han hecho Eduardo Escobar, Héctor Rincón, María Elvira Samper, que con dos contundentes párrafos dijo: Voy a marchar el 6 de marzo.

Salir una vez más, al medio día a caminar bajo el sol, sacrificar nuevamente dos horas de almuerzo y tal vez dos más de trabajo y atreverse a retar a quienes han hablado de esta como una marcha a favor de las FARC, financiada por Chávez y en contra del estado colombiano, será un acto que realmente demuestre que esta sociedad civil rechaza la violencia en todos sus formatos, reclama justicia para todos y anhela una paz transparente sin intermediarios que usen ese deseo colectivo para alcanzar otros fines.

La imagen se llama War y es de Zombpunk, tomada de Deviantart