11.14.2007

La Hoja de Vida

Hace 15 años, y para responder una pregunta que dos periodistas se hicieron, nació el periódico La Hoja de Medellín. La pregunta era simple: "¿Y ahora, qué putas hacemos?" ¿Con qué? Supongo yo que con esta ciudad, con esta profesión, con tanta información, con una cotidianidad desmedida que abruma y que no permite entender que está pasando.

Por eso nació La Hoja, un periódico sencillo, porque habla de la ciudad diaria, rústica, la que nos toca a todos. No sólo la ciudad que se contruye a partir de boletines o ruedas de prensa, o la que se discute en edificos administrativos o en almuerzos de ejecutivos. Tampoco es sólo la ciudad que no se construye, sino que se deteriora cuando se cuenta desde la pornomiseria, desde el sufrimiento. Es simplemente la ciudad viva, que incluye todo lo mencionado y tanto más. Lo más importante es que La Hoja narra una ciudad vivida y vívida que se construye con nombres propios. Nombres de lugares, de personas, de cosas, de todas las cosas. Eso es lo que hay en La Hoja.

¿Y por qué hablo de La Hoja? Porque cumple 15 años, sacará un gran libro, que es la antología de palabras que han transitado por la historia de Medellín, que mes a mes se ha publicado en este periódico. Ese libro será una muestra más de la tosudez y el empeño de dos periodistas que admiro, Ana María Cano y Héctor Rincón, que sin saberlo, me han enseñado de periodismo cultural, independiente, de radio, de medios de comunicación y me han permitido, a través de sus ojos y su experiencia, afilar esa mirada que se necesita para descubrir esta ciudad en todas sus dimensiones.

Hoy, mucho de lo que ellos y todos sus colaboradores, sin saber que lo hacían, me han enseñado, comienza a dar frutos. Hoy soy también parte de ese equipo que le da "una mirada otra" a la ciudad. Desde estas oficinas se salta a la calle, y los ojos van al principio de lo que se sabe, lo que se ve, lo que se huele, lo que se oye; luego, esos mismos ojos dan vuelta completa, revisan, remiran, rehacen y así es que uno se encuentra con hermosas -otras no tanto- sorpresas de ciudad.

Esta sí que es un Hoja de vida.

Foto: Chema Madoz.