A ‘Piolín’ lo reconocen y lo respetan artistas del metal en el país y en el mundo, por su persistencia, por su talento, por su buena música, por su presencia permanente en conciertos y otros eventos en los que el metal es invitado o protagonista. A Víctor Raúl Jaramillo lo reconocen, lo respetan –y lo critican– escritores y lectores que han encontrado en sus poemas y aforismos el desgarrador sentido de la existencia.
Es educador y Doctor en Filosofía, pasó por las universidades de Antioquia, Cooperativa y Bolivariana como estudiante. En la última también fue profesor y se enfrentó a lo que él calificó como un acto de represión medieval: le pidieron firmar un acta de fe para certificar que creía en un dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible… Y su respuesta fue negativa y no tuvo nuevo contrato al siguiente semestre. También fue profesor de la EPA, y algunos lo recuerdan como “un man muy enredado, al que era muy bacano escuchar, así nadie le entendiera nada”.
Ahora da clases en Luis Amigó a los estudiantes de teología, los que estudian a Dios, con mayúscula, los que buscan, por la filosofía, entender las entidades divinas. En ese mismo lugar, medio en chiste, medio en serio, a Víctor le han dicho que podría proclamarse como el papa negro o que podría montar una religión. Y como para él lo importante es la felicidad, “si hay un dios que te hace feliz, bienvenido dios”, sentencia.
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